viernes, 6 de mayo de 2016

"LAS «BOSQUESCUELAS» LLEVAN IMPLANTADAS CON ÉXITO EN EL NORTE DE EUROPA DESDE HACE MÁS DE 20 AÑOS"

En la tarde de ayer tuvimos la ocasión de escuchar a Odile Rodríguez De la Fuente, quien nos habló de las “Bosquescuelas”, un sistema educativo que la Fundación Félix Rodríguez De la Fuente ha introducido de forma homologada en nuestro país, tomando ejemplo de otros países del centro y norte de Europa, donde este modelo educativo lleva más de veinte años implantado con éxito.

La ponente comenzó su exposición remontándose a los antecedentes que sentó su padre en la forma de relacionarse con la naturaleza, partiendo del hecho de que él mismo no fue escolarizado hasta los 9 años de edad. Hasta ese momento, tuvo una educación y una infancia estrechamente vinculadas al medio natural, lo cual no le impidió sin embargo ser un estudiante talentoso posteriormente.

A continuación, explicó cómo el sistema actual –incluyendo la educación– nos mantiene escindidos de nuestro entorno, lo cual nos causa un enorme vacío y tiene mucho que ver con la crisis actual en sus diferentes dimensiones. También comentó que la fundación que dirige siempre se ha centrado mucho en el trabajo con las personas. El motivo es que, aunque opina que la conservación de especies y espacios es necesaria, la clave está en trabajar la relación que los seres humanos tienen con su medio para encontrar las verdaderas causas de los problemas ambientales y buscar así soluciones.

De ahí que el proyecto de las “Bosquescuelas” encajase perfectamente con la filosofía de la fundación. En este sentido, expresó que frente a la idea de que la mente de los niños es una “hoja en blanco” que hay que llenar con información, ella cree en el desarrollo del potencial que de forma innata existe en todos nosotros.

Indicó que este tipo de educación está avalada por multitud de estudios psicopedagógicos en los que incluso puede constatarse que los niños desarrollan sus competencias igual o más que en los modelos educativos tradicionales.

Respecto al caso concreto de la Bosquescuela de Cerceda, en la Comunidad de Madrid, explicó las características generales, las instalaciones, el horario de actividades habitual de los niños y el enfoque del trabajo de los profesores.

Aunque se dispone de un aula como centro de “reuniones”, la mayor parte de la educación se desarrolla al aire libre. Destacó el hecho de que el entorno natural provee de una diversidad de estímulos que no se encuentran en un aula, siempre cambiantes al compás de las estaciones, lo cual enriquece el desarrollo cognitivo de los niños. Éstos aprenden a trabajar con materiales que encuentran en su entorno (además de otros al uso de los que también disponen).

Sobre las técnicas pedagógicas y otras características diferenciales de este modelo, resaltó que se trabaja por mantener viva la curiosidad innata de los niños, se facilita un alto ratio profesor/alumnos (educación más personalizada), se mezclan los niveles y se mantiene una heterogeneidad de edades, además de potenciar el juego libre (mediante el sistema flow, facilitando un estado de concentración muy alto en los niños).

Para concluir, la invitada explicó que estas técnicas facilitan que los niños ganen en seguridad, creatividad, aprendan a entenderse con los otros y pactar soluciones, a argumentar mejor sus razones para actuar, a resolver problemas, etc.

Al finalizar la exposición hubo un interesante debate sobre las diferencias de este modelo educativo con los tradicionales en el que intervinieron tanto alumnos de ciencias como profesores y maestros de educación infantil y primaria.

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